domingo, 29 de marzo de 2009

El Ojo del Observador


JOHN23 tiene 17 años. Vive en Hong Kong. Estudia. Juega Guitar Hero. Los fines de semana va a cine con sus amigos y con su novia. Es fanático de las películas animadas. Sigue una rutina normal. Aparentemente normal,por que hay algo particular en este chico. Algo que lo hace especial. Hoy, en este instante, te está observando a través de tu computador. JOHN23 ha desarrollado un sistema de control a distancia de los dispositivos conectados a cualquier computador sin que el usuario se de cuenta. Le encantan los MAC porque la cámara está ubicada encima de la pantalla. Puede ver todo lo qué haces, puede escuchar qué dices porque el micrófono siempre está ahí. Los activa y desactiva sin que te des cuenta. Sin mensajes al usuario.
Como tú pasas horas y horas frente a tu computador, ya conoce tu vida. Sabe que hoy no quieres cambiarte la pijama. Sabe que ya no te gusta la Coca-Cola Zero. Te ha observado más de lo que tú lo has hecho en toda tu vida. Te conoce. Es tu yo virtual del espejo. De ese espejo de pixeles que te esconde lo que hay del otro lado. Un lado que nunca podrás ver. Pero que siempre está ahí.
JOHN23 es curioso como todos, no es un adicto a estas cosas, simplemente detesta la televisión. Así que no olvides saludarlo. Él a veces también se siente solo. Es sólo un joven que vive en Hong Kong.

Un Pálido Punto Azul


Bueno, hoy solo quiero rendir homenaje a un gran maestro, Carl Sagan.
En 1990 la nave especial Voyager 1 tomó una fotografía a 3.7 billones de millas de la tierra, sin duda una gran distancia para nosotros, pero una pequeña distancia para el Universo. Pero eso no es lo más importante de esta fotografía, lo que nos concierne es particularmente lo que se distingue desde esa distancia. Carl Sagan lo llamó un pálido punto azul, nosotros lo llamamos Tierra. Es el pequeño punto que se ve en la imagen.
Aquí los dejo con las palabras de Sagan sobre ese pequeño punto, sobre ese diminuto píxel en la imagen que significa tanto para nosotros.

"Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.
La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades visitadas por los habitantes de una esquina de ese pixel para los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; lo frecuente de sus incomprensiones, lo ávidos de matarse unos a otros, lo ferviente de su odio. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la ilusión de que tenemos una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida.

Nuestro planeta es una mota solitaria de luz en la gran envolvente oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos.

La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de los prejuicios humanos que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido.”


CARL SAGAN (1934-1996)

miércoles, 25 de marzo de 2009

LAS ARAÑAS DE LA LLUVIA.


Cuando llueve se nos encrespa el pelo. Se nos mojan los pantalones por capilaridad (capilaridad), y corremos el riesgo de quedar ciegos y caer en medio de la autopista frente a un camión de mudanza. Pero esto no es solo por la lluvia, no es solo por ese extraño elemento que cae en pequeñas porciones y sentimos tan peligroso como el acido sulfúrico. Todo esto es por la invasión de esas armas afiladas de 8 puntas que se mueven como arañas por toda la ciudad. Que avanzan con la misma actitud que siempre nos ha caracterizado como humanos, arrasando con todo. Hablo de la gente en posesión de un paraguas. Y no crean que estoy exagerando.
Cuando el día es soleado y uno camina por la calle, tropieza constantemente con estas personas que no son capaces de dimensionar su cuerpo y chocan con todo abriéndose camino en esta selva de brazos y piernas. Porque todos son dueños de la calle. Ahora, adiciónele a eso una extensión de 8 puntas a la altura de sus hombros y una torpeza que raya en lo animal. Multiplique eso por cien y tendrá que olvidarse de la lluvia y enfocar todos sus sentidos en sobrevivir frente a esta avalancha de animalejos abriéndose paso sin consideración.
No se si se han dado cuenta pero cuando llueve cambiamos nuestra escala de prioridades, ya no nos preocupa que nos atropelle un auto, sino que no se nos moje el pantalón, el cabello, la camisa. El universo se desvanece, como si la lluvia fuera una cortina que no nos deja ver mas allá de nuestra propia ropa. Los amigos que están al lado dejan de importarnos, el individualismo nos brota por las venas, los semáforos dejan de existir, los peligros, todo. Ya no importan las mujeres y los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas, por que si gozas de la sequedad que da el paraguas, que se abra el mar rojo en dos por que lo peor que nos puede pasar es que se nos moje el pelo. Y las 8 puntas chocan como espadas, porque el que tiene el paraguas tiene el poder. Es el arma de los dioses que nos da la omnipotencia para hacer cualquier estupidez. Todos chocan con todos. Algunos desprotegidos de estas armas, osados en su desesperación de no mojarse exponen sus importantes libros, sus tesis de tantos meses de trabajo, hasta sobres con pasaportes y certificados de nacimiento con tal de que no se les deslice una sola gota de agua por la cabeza. Mientras que los que tienen paraguas tratan inútilmente de meter estas espadas multipunta por puertas por las que si no fuera por la lluvia se darían cuenta que es imposible que entren abiertas. Dejamos de ser humanos y racionales. Volvemos a ser animales. Nuestro cerebro reptiliano gobierna nuestras acciones. Y no nos deja ver que esas gotas son precisamente a las que le debemos nuestra existencia. Porque sin agua no hay vida. Así de sencillo. Y no hace daño!. Así que hoy maldigo los paraguas porque no me dejan apreciar el agua y porque se que algún día, una de esas puntas se va a quedar enganchada en uno de mis ojos, mientras caigo ciego y desesperado en la mitad de la vía frente a un camión de mudanzas. Y el agua que me dio la vida me la quita.

lunes, 23 de marzo de 2009

Dados

Einstein dijo que dios no jugaba a los dados.
Stephen Hawking dijo: No sólo dios juega definitivamente a los dados sino que además a veces los lanza donde no podemos verlos.
Yo hoy digo, sin querer sonar pretencioso: dios no solo juega a los dados sino que además nos los restriega en la cara.

sábado, 21 de marzo de 2009

LA MÁQUINA DE RUSSELL



“...no creo, por tanto, que haya razón alguna para considerar ciertas satisfacciones como malas, siempre que sean consideradas en el aislamiento, con independencia de sus concomitancias y consecuencias.” Bertrand Russell

El Grupo de Investigación en Emulación (G.I.E.) se da el gusto de presentar a la sociedad su mas avanzado proyecto: LA MÁQUINA DE RUSSELL . Una máquina para acabar con el sufrimiento, la máquina de la tolerancia.
Antes de entender a fondo qué es esta máquina, suponga que usted desea matar al presidente. Siente la necesidad de hacerlo. Tal vez porque las políticas lo dejaron sin casa, porque su hijo murió en el ejercito por culpa de una guerra innecesaria, o por cualquier motivo particular. Simplemente usted desea matarlo. Ese deseo en sí, no es bajo ningún criterio considerable como malo. Es solo un deseo. Un indefenso deseo. El conflicto entra en el momento en que para satisfacer el deseo realmente tenga que asesinarlo. Entonces lo “malo” no es el deseo sino la acción para satisfacer este deseo. Qué sucede si su deseo nunca se puede satisfacer? El deseo se convierte en frustración y sufrimiento. Por consiguiente se volverá una persona infeliz.
Si usted siente placer al ver a sus hijos triunfar, debe agradecerle a la sociedad por que puede hacerlo, por que su deseo encaja en el marco de deseos aceptados como “justos”. Pero que sucedería si un día despierta sintiendo el impulso por hacer algo, pero ese algo, esta vez no es aceptado. Su frustración le traerá sufrimiento y si se decide a satisfacer este deseo posiblemente tenga que pasar el resto de su vida en la cárcel. Es esto realmente justo con los individuos?
Ahí es donde entra a jugar un papel importante LA MÁQUINA DE RUSSELL. Nuestro objetivo es brindarle verdadera felicidad a los individuos. La sociedad no tiene por qué decidir por usted, no tiene por qué moldear su cabeza, sumergiéndolo en un mar de dolor y sufrimiento. Nosotros podemos acabar con este sufrimiento. Qué pasaría si usted tiene la posibilidad de satisfacer esa posibilidad de matar al presidente? Que pasaría si un sistema le puede brindar esa oportunidad en una emulación del mundo real, con sentimientos reales, pero sin afectar al presidente real? sin maltratar a nadie, sin tabúes y sin prejuicios. Y una vez satisfecho su deseo, ingresara a una etapa de asimilación de la realidad, para retomar su vida normal, con la satisfacción de realmente haber echo lo que deseaba hacer. Qué pasaría?
LA MÁQUINA DE RUSSELL consiste en la emulación de un mundo real transmitido directamente al cerebro del usuario. Los sentimientos los genera el individuo en su cerebro y la realidad es emulada con las características deseadas. Personas, situaciones, sentimientos, sin importar que tan mal vistos por la sociedad sean. Sin juicios, sin restricciones, por que en nuestra organización siempre serán inofensivos deseos.
Nuestro programa comenzó con un hombre que deseaba estrangular a su esposa. En la realidad él sabía que no podía hacerle daño, porque sentía un gran apego a ella. Pero sentía constantemente este deseo. Una contradicción que la realidad no permitiría. Pero el deseo insatisfecho lo llevó a una vida desdichada y al intento de suicidio en varias ocasiones. Hoy en día, después de una sesión con nosotros este hombre vive completo, tiene la mejor relación que alguien podría tener con su esposa, la ama de verdad y no siente la necesidad que un tiempo atrás lo mortificaba. Hoy es un hombre feliz, sin miedos, y sin remordimiento por poseer un deseo que se le sale de las manos.
Hemos tratado usuarios que desean maltratarse hasta la muerte en la sesión, usuarios que quieren matar, usuarios que quieren acabar con la humanidad, usuarios que quieren robar bancos, usuarios que quieren demoler edificios, usuarios que quieren bombardear países, usuarios que quieren comer carne humana. Lo que desean es completamente irrelevante.
Nuestro interés no es degenerar la raza humana, todo lo contrario, buscamos que nuestra sociedad esté limpia de odio, de venganzas, de frustración. Buscamos que la sociedad pierda ese estatus de establecedora, y que seamos nosotros mismos lo que definamos qué queremos, y qué es realmente lo que nos importa. Pero siempre con la idea de que la satisfacción de nuestros deseos no esté por encima de la felicidad de la generalidad, por que estos deseos se satisfacen en el aislamiento. Ventaja que solo este sistema puede ofrecer hoy en día.
No lo piense más, tal vez esta máquina ya le ha salvado la vida en varias ocaciones. Llámenos. No tiene por qué seguir sufriendo. El Servicio es completamente gratuito y confidencial. Ayúdenos a construir una sociedad mas justa.

C.E.O
Grupo de Investigación en Emulación

domingo, 15 de marzo de 2009

El Cazador de Moscas




La ventana da a una ventana que da a otra ventana que da a otra ventana que baja a otra ventana y llega a otra ventana que refleja una tienda de frutas. Es curioso, el reflejo no rebota tanto. Al subir, las imágenes desaparecen poco a poco entre una pareja discutiendo, un niño jugando y un perro que no ha decidido si saltar o seguir raspando la coca de comida. Mientras bajábamos y subíamos por el reflejo, el perro descendió de la silla. Ahora restriega el hocico contra la coca de comida que sigue vacía. Camina por el pequeño apartamento.
Se sienta un par de segundos a rascarse. Lo disfruta. Continúa su camino hacia la ventana cuando una mosca lo interrumpe. Decide proteger su territorio y ahuyentarla. El perro resbala una y otra vez. Tiene las patas mojadas. La mosca parece retarlo en su hazaña. Parece jugar con él, pero nuestro animal no se vence fácil. Trepa uno de los muebles para alcanzarla. No es nada tonto este animal. Brinca con todas sus fuerzas y cae sobre una mesa de tres patas que pierde el equilibrio y lo manda de cabeza contra el suelo. Se repone rápidamente y sin dudarlo vuelve a subir al mueble. Está vez la mosca se ha parado en la pared, está a su alcance. Está a un solo brinco. La mira fijamente. Lo va a hacer. No hay manera de fallar. Esto definitivamente es personal. Entonces aparece otra mosca que lo distrae y lo hace resbalar de nuevo. Desesperado el perro ladra como si gritando las ahuyentara. Ya son diez moscas. Ya son veinte moscas. Ahora son cincuenta que lo hacen retroceder vencido. Están detrás, están arriba, lo tienen rodeado. Donde mira hay moscas. Humillado frente a la impotencia decide resguardarse junto a su dueño que sigue acostado en el suelo. Inmóvil. Con dos disparos en el pecho y asaltado por una pareja de vecinos que discute frente a una ventana que da a otra ventana y llega a otra ventana que refleja una tienda de frutas. La coca de comida seguirá vacía, el perro cada vez más solo y el apartamento cada vez más rojo.

domingo, 1 de marzo de 2009

Hay que mover al muerto


Es de mañana.
Es Diciembre.
Quién tiene que mover al muerto?
No es la primera vez que pasa.
Lleva rato ahí en la puerta.
Que lo muevan los de telecom!
La entrada al edificio parece comos si hubiera estado lloviendo rojo.
Los que entran se dan de culo contra el piso.
Los que salen van a dar contra la carevaca del alcalde.
Los pasos suenan como si el suelo estuviera echo de goma.
Este rojo se oxida.
El muerto parece un muñeco de Año Nuevo.
Dos niños le ponen sombrero.
Dos niños le ponen nombre: El Muñeco Gabriel.
Dos niños le cambian los zapatos.
El muerto se cansa de estar muerto.
El muerto se levanta pero le gusta el sombrero.
El niño brinca porque es la primera vez que ve un muñeco de año nuevo caminando.
Tratan de agarrarlo.
El muerto no se deja.
Un niño contra el suelo y el otro vuela 5 metros.
El muerto se aleja.
El Alcalde sale con dos putas.
A dónde va el muerto?
Al cementerio contesta una señora, a dónde más?
Vieja grosera, dice el Alcalde.
El Muerto camina hasta el cementerio.
Agarra una pala que encontró por ahí tirada.
El muerto comienza a cavar su tumba.
De la tierra sale una mano.
El muerto sigue cavando.
La mano se mueve.
La mano se quita la arena de lo que parecía había sido una boca.
Eche pa allá carajo!
Todo esto está lleno!
Al muerto le toca dejar la pala por que los otros muertos ya le están tirando arena.
El sombrero no aguanta de escudo.
Con una piedra en el ojo, el muerto se acuerda que cerca al pueblo hay una fosa común de la matanza del Maderal.
A todos esos ya los tiraron juntos.
Qué problema hay con que se acueste uno más.
El muerto camina, con su pala, con su caminado de muerto.
No hay que cavar mucho porque a medio metro se comienzan a ver los hueso.
Se abre campo entre fémures y peronés.
Se mete, se tapa como puede.
Medio brazo le queda afuera.
No hace frío.
Todos estos murieron igual.
Un tiro en la cabeza y otro en el pecho.
Que grato se siente estar con gente como tu.
Estas muy pegado a mi esposa dice un muerto.
Cola con cola no pasa nada responde el Muñeco Gabriel.
Y tiene toda la razón.